Quesos y vinos son parte de la tradición culinaria francesa |
La gastronomía francesa es
reconocida a nivel mundial por su riqueza y por ser uno de los rasgos
culturales franceses de más arraigo. De hecho, la gran diversidad cultural
regional francesa, así como los diferentes ambientes de cada región, permiten
tener en Francia un amplio abanico de posibilidades culinarias. Sin embargo, la
globalización del estilo de vida corporativo, característico de las grandes
capitales del mundo, también se ha hecho presente en las grandes ciudades
francesas. Así, actualmente en ciudades como París, Marsella o Lyon, la hora de
comer cada vez se relaciona menos con la degustación de exquisitos quesos y
vinos, cambiándolo con poco gasto de dinero y tiempo. Algunas estadísticas
señalan que los gastos en ingredientes para cocina en una familia parisina pasaron
de rondar el 35% a principios de la década de 1960, a acercarse en la
actualidad a un 18%. Por otro lado, el tiempo en la mesa para la cena ha pasado
de un promedio de 2 horas a treinta minutos.
El desayuno en las metrópolis
francesas se asemeja ahora al desayuno estadounidense, por ejemplo. El café
negro, chocolate o té, acompañado de baguettes, bizcochos o croissants
actualmente son desplazados por yogurts, cereales o simplemente frutas.
Igualmente, la hora del almuerzo en casa ha sido reemplazada por el comedor de
la empresa, restaurantes, self-service o cadenas transnacionales de comida
rápida. A la hora de la cena, las circunstancias son similares, cambiando el
comedor por la cena frente al televisor. De hecho, en décadas recientes los
establecimientos de comida rápida, vinerías y ventas pequeñas de baguettes y
croissants han adoptado los modelos de negocios anglosajones, dejando atrás la
tradicional comida francesa de cinco platos.
José Bové |
Sin embargo, en las áreas campestres
(afortunadamente) aún persiste la gastronomía tradicional francesa. Incluso, la
histórica oposición entre cocina del norte y sur ha sido reemplazada por la
rivalidad cuisine traditionelle –
nouvelle cuisine (cocina tradicional – nueva cocina). El debate vino versus
cerveza o cocido versus crudo, ha sido superado por la oposición entre los
elaborados platos de la cocina tradicional ante los rápidos y cargados nuevos
platos. De hecho, la batalla del gusto
encontró en José Bové un férreo defensor de la cocina tradicional, quien lidera
desde la década de 1990 una campaña contra la globalización y las
transnacionales responsables de distribuir alimentos “sin originalidad ni sabor”.
Según él, las cadenas de comida rápida simbolizan el mal bouffe o le mal manger (el mal comer). Bové y sus partidarios defienden y
reivindican una cocina francesa tradicional, caracterizada por la gran calidad
de sus ingredientes y los sabores auténticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario